En la menopausia y la perimenopausia la mujer experimenta cambios hormonales que pueden traducirse en sofocos, problemas de sueño, depresión, cambios en la piel, el pelo, los huesos, el deseo sexual, la energía y la mucosa vaginal.
Perimenopausia, significa “alrededor de la menopausia” y es el camino que se comienza a transitar hacia ella. Se evidencia por la irregularidad en los ciclos menstruales, que pueden ser también más dolorosos. La menopausia es la ausencia de menstruación por 12 meses consecutivos.
Como consecuencia de la disminución hormonal en la perimenopausia- menopausia en el caso de las mujeres y en la andropausia en el caso de los hombres, puede disminuir el deseo sexual. Sin embargo, el deseo sexual puede disminuir por otras razones, como por ejemplo las preocupanciones y el estrés.
Sofocones: Los sofocones son una sensación de calor repentina en la parte superior del cuerpo que pueden acompañarse con enrojecimientos de rostro y cuello. Pueden aparecer manchas rojas en el pecho, espalda y brazos. Los sofocones son más comunes en mujeres durante el año anterior y posterior a que se detengan los períodos menstruales. Pero según estudios recientes, los calores se pueden extender durante hasta 14 años después de que empezó la menopausia.
Las mujeres experimentan un cambio en la composición corporal: aumento de grasa y disminución de masa ósea, muscular y del metabolismo basal.
Los cambios metabólicos durante el climaterio deben inscribirse dentro del proceso de envejecimiento. En este punto confluyen la disregulación de varios ejes neuroendócrinos:
- hipotálamo-hipófiso-ovárico: menopausia,
- hormona suprarrenal (caída de dehidroepiandrosterona): adrenopausia y predominio de hipertonía hormona cortisol en la reacción de estrés,
- caída de la hormona de crecimiento/factor de crecimiento insulino símil: somatopausia.
A todos estos cambios neuroendócrinos deben sumarse los del estilo de vida en esta etapa particular: sedentarismo progresivo, alteraciones dietéticas, tabaquismo, alcoholismo y síndrome del nido vacío. La actividad física y el eje de la hormona de crecimiento son fundamentales para el mantenimiento del músculo, hueso y tejido conectivo.
En el cambio de composición corporal influye la falta de estrógenos, la disminución de la hormona del crecimiento (su secreción es estimulada por el ejercicio físico) y la adrenopausia, que es la disminución de DHEA. Se ha demostrado una relación inversa entre niveles de DHEA (dehidroepiandrosterona) y grasa visceral, así como con la insulino-resistencia
Efectos de la gonadopausia
La mujer entre los 50-59 años sufre un agudo aumento de peso (14% de incremento en el índice de masa corporal [IMC]), ya que los estrógenos son moduladores de la actividad de enzimas claves en el metabolismo lipídico. En la menopausia hay un aumento y redistribución de la masa corporal.
Estrógenos y hormona del crecimiento sinergizan sus acciones a nivel óseo y a nivel del metabolismo de la vitamina D en la absorción de calcio a nivel intestinal. Tambien los niveles de DHEA se asocian en forma inversa a la grasa abdominal.
En resumen, los cambios hormonales determinan un aumento de peso dado por una pérdida de masa magra (músculo esquelético y hueso) y un aumento de masa grasa, con una distribución abdominal o central.
Es importante prestar atención a la dieta, consumiendo cantidades de adecuadas de calcio y vitamina D, y realizar actividad física de manera sistemática, tanto para fomentar la producción de la hormona del crecimiento como la densidad ósea.
En la menopausia aumenta la frecuencia de depresión, entre otras causas se ha vinculado a la caída de serotonina, habida cuenta que el pool de serotonina es significativamente menor en la mujer que en el hombre. Los estrógenos son neuroesteroides que modulan positivamente la secreción de serotonina y noradrenalina, como muchos antidepresivos. La serotonina se ha implicado en tras- tornos alimentarios, fundamentalmente compulsiones, y si bien no hay evidencia en estudios en humanos, en animales se ha visto que la caída de estrógenos está asociada a aumentos en el apetito.
Las mujeres menopáusicas experimentan atrofia vaginal (vaginitis atrófica), que es el adelgazamiento, resequedad e inflamación de las paredes vaginales que puede ocurrir cuando tu cuerpo tiene menos estrógeno. Para muchas mujeres, la atrofia vaginal no solo hace que las relaciones sexuales sean dolorosas, sino que también provoca síntomas urinarios angustiantes. Debido a que la afección produce síntomas tanto vaginales como urinarios, los médicos utilizan el término «síndrome genitourinario en la menopausia (GSM)» para describir la atrofia vaginal y los síntomas que la acompañan: sequedad y ardor vaginal, picazón, ardor y urgencia al orinar, infecciones urinarias recurrentes, dolor al tener relaciones sexuales y menor lubricación.
La disminución de la secreción de estrógenos junto con el descenso de los nivele séricos de dehidroepiandrosterona (DHEA), un precursor de los esteroides sexuales, son causa de los síntomas y signos asociados con la menopausia tales como los vaginales como la atrofia vulvovaginal (AVV) y sus síntomas –sequedad vaginal, ardor, irritación, prurito y dispareunia–, los trastornos urinarios (urgencia, disuria, incontinencia y aumento de la frecuencia urinaria), en el esqueleto, en el sistema vasomotor, la piel, el cerebro y el sistema cardiovascular. La disfunción sexual se considera una entidad separada que se suma a los síntomas y signos menopáusicos. La incidencia de síntomas de AVV se estima en un 60% y aumentan con la edad, de aproximadamente un 50% entre los 50 y los 60 años a un 72% en las mujeres mayores de 70 años. Tradicionalmente, el tratamiento consiste en estrógenos locales y sistémicos, aunque el uso intravaginal se ve limitado por el temor de la mujer al cáncer uterino y de mama. La DHEA constituye la fuente casi exclusiva de esteroides sexuales después de la menopausia, pero sus niveles séricos comienzan a disminuir a los 30 años y el descenso alcanza el 60% al momento de la menopausia. El desafío para un tratamiento seguro de la menopausia es mantener una concentración sérica de estradiol dentro del rango posmenopáusico o debajo del percentil 95 (9.3 pg/ml). El precursor inactivo de la DHEA se transforma en esteroides sexuales activos intracelularmente para mantener los niveles en sangre en valores inactivos biológicamente. De hecho, aproximadamente el 95% de los estrógenos y andrógenos activos se inactivan intracelularmente en su sitio de formación antes de liberarse a la sangre como metabolitos inactivos, lo cual evita la exposición inapropiada de otros tejidos a los esteroides sexuales activos.
Se demostraron los beneficios de la DHEA (prasterona) al 0.25%, 0.5% y 1% sobre los síntomas más molestos de la AVV como dispareunia, sequedad vaginal, irritación y prurito.
Nutracéuticos y óvulos para la menopausia y el deseo sexual
Para suprimir o disminuir algunos síntomas de la menopausia, se realizan terapias de sustitución hormonal ya sean vía oral o vía vaginal.
En farmacia Paracelso preparamos cápsulas de DHEA (dehidroepiandrosterona), también llamada prasterona, de isoflavonas de soja, o combinaciones de ambas junto a vitaminas importantes como suplementos en esta etapa de la vida de las mujeres. Podemos realizar combinaciones de estos activos sobre una base de colágeno soluble aportando de esta forma aminoácidos a la dieta.
Para mejorar el deseo sexual, además de la prasterona, agregamos a las cápsulas extractos vegetales secos que aumentan la vitalidad, el estado de ánimo general y la lubricación vaginal.
Para la terapia local de la atrofia vaginal, preparamos óvulos de DHEA y combinaciones con vasodilatardores locales, que no sólo favorecen la reconstitución de la mucosa vaginal sino que sirven para aumentar el deseo sexual y la lubricación colocándolos media hora antes de mantener relaciones sexuales.
Otro de los síntomas de la menopausia es la sequedad y la pérdida de turgencia y grosor de la piel y la caída y debilitamiento del cabello. Para ello preparamos suplementos a base de aminoácidos, minerales y vitaminas así como cremas antiage o especificas para la xerosis de la menopausia.
Nuestras cremas antiage +40 y +50 tienen hormonas y antoxidantes en su composición. Son la terapia tópica ideal para los nutraceuticos específicos para esta etapa de la vida. La leche corporal de naranjas de Paracelso, aporta hormonas, atioxidantes, aceites y retinoides.
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